Déjame ser tu amante
Déjame que un día te sienta mimada,
que mis manos desnuden tu cuerpo lentamente,
deslizando tú ropa por la tersura de tus brazos,
descubriendo tu piel canela.
Liberaré tus senos de inútiles encajes,
mientras beso tus labios, con ternura infinita.
Déjame que beba mi boca tu esencia,
que descubra cada escondido rincón de tu piel,
encender ese rescoldo que guardas en tu pecho.
Que nos perdamos en juegos hasta el amanecer,
hasta unir nuestros cuerpos,
dejándonos llevar por ese loco placer incontrolado,
hasta el sublime final del orgasmo y después,
yacer en suave abrazo.
Ana Giner
Aislamiento.
Aislamiento creativo el elegido haciendo de las paredes fronteras que a nadie detienen, túneles que llevan al lugar en el que a nadie se acalla, en el que el imposible es una quimera irrealizable y lo posible un credo irrenunciable. ¿Cuál es la forma de que todo se haga realizable? -me pregunto, con frecuencia, y en Oswald Spengler he encontrado la respuesta pues sólo en el arte, pues yo la religión la desecho, en la luz que lo ilumina y transforma la nada en grandeza, sé que encontraré en el camino andado, junto a luceros que han barrido de ignorancia el pateado sendero, la respuesta de la idea del sino, en lo profundo del alma que valora lo que a nuestra sensibilidad llena de luz, la alegría inexplicable para otros, dándole sentido a mi personal idea del sino, a la causalidad por cientos de pensantes aludida, desentrañando y resolviendo los más incomprensibles misterios y anhelos de mi indagante y curioso pensamiento.
Juan Francisco Santana
De todos los lugares recorridos
durante las horas viajeras del día,
por geografías familiares, hostiles o bellas…
hay algunos, solo algunos
donde sentimos una fuerte sensación de pertenecía:
la vista, atrapando luces
el oído, atento al golpear de drizas y aparejos
el tacto, de la húmeda sensación del cuerpo
el sabor, de salitre en la boca
olor, llenando la transparencia que respiramos,
hay lugares donde comulgan los cinco sentidos
templos de bellezas, sensaciones, recuerdos, vida…
donde nunca nos llevará Google
solo se llega respirando profundamente,
respirando.