La Reconstrucción

Mi visión sobre el Covid-19. José Luis Tarazona

Hasta ahora me he resistido a escribir sobre el Covid-19, hacerlo sin información siempre es muy arriesgado, ahora ya sabemos mucho más aunque estemos muy lejos de conocer por completo a qué nos enfrentamos. Por supuesto abordaré el tema desde varios puntos de vista, pero como siempre hago en todos mis artículos, mi opinión es eso: mi opinión.

Sólo pretendo que os hagáis preguntas, que razonéis, que nunca deis por sentado lo que os digan los unos y los otros. Si realmente queremos ser libres, debemos tener la máxima cantidad de información en nuestro poder y saber cribarla. No pretendo sentar cátedra nunca, solo que nos acostumbremos a tener criterio propio y a razonar las cosas sin repetir un guion que otros nos escriben. Sea cual sea el vuestro, si es razonado y habéis llegado a él mediante un proceso de aprendizaje, bienvenido sea y me doy por satisfecho.

Sin duda el virus es real. Discutirlo es absurdo y no dignificaré con palabras a esos negacionistas de su existencia, pues es como tratar de convencer a un terraplanicista de que la Tierra tiene una forma esférica. Cualquiera que lo dude puede acercarse al hospital que tenga más cercano y preguntar en urgencias, tan sencillo como eso.

Hay otra corriente que afirma que el virus es real pero que no es para tanto, que es una especie de gripe A o gripe común y que se ha magnificado su gravedad para que unos cuantos hagan mucho dinero con la venta de vacunas. Es cierto que la naturaleza del ser humano es capaz de hacer eso y mucho más, después de Auschwitz o Treblinka todo es posible, ¿pero es el caso? Muchos tienen insertado en el consciente colectivo de que la gripe A fue un gran engaño de las farmacéuticas para vender millones de vacunas y que nos encontramos ante el mismo escenario.

Mi mujer pasó la gripe A cuando nadie conocía ni su existencia, postrándola en cama 15 días con unos dolores terribles que me asustaron y mucho, por supuesto me contagie y luego la pasé yo, cuando ya se empezaba a oír de ella. Os aseguro que jamás en mis 46 años de vida me he sentido peor que entonces. La alarma de la OMS por mi experiencia con la enfermedad, estaba más que justificada, es cierto que luego se demostró que no era tan peligrosa pues era muy poco contagiosa al serlo sólo cuando ya se tenían síntomas, los cuales os aseguro que eran severos y te dejaban en cama al primer día. Sin duda, el prevenir antes que lamentar que hizo la OMS en aquel momento y que no se ha hecho ahora, estaba justificado por la gravedad de los síntomas. ¿Que en los tiempos de crisis los buitres saben hacer grandes negocios? Sin duda, y con la gripe A lo hicieron, como lo hacen ahora.

¿Es el Covid-19 poco peligroso? De nuevo hay que ver los datos y lo que nos relatan los médicos que están tratando la enfermedad. Sí, es grave, muy grave y a medida que se conoce más sobre su naturaleza las noticias son más preocupantes. Ni que decir que la tasa de contagio y mortalidad de este virus es muy superior a la de la gripe común. El número de muertos a nivel mundial están ahí, podéis compararlos siendo conscientes de que salvo en Asía, en temporada de gripe no se toma medida alguna y que con el Covid-19 hemos estado durante meses con confinamientos muy duros. Pero de lo que poco se habla es de las secuelas que deja el virus tras pasar la enfermedad o pasados unos meses, a una parte cada vez más creciente de esa gran mayoría que lo sobreviven (incluso en gente muy joven): Órganos internos dañados, perdida de sentidos muy duraderos: olfato, gusto, oído, migrañas continuas… Ahora están llegando a los hospitales los que en su día fueron jóvenes asintomáticos con estos problemas. Y la edad de los ingresados en las UCI’s también está disminuyendo. No, tampoco es una enfermedad sólo de “viejos”.

Si el virus es artificial o no es la pregunta que aún he logrado responderme. A día de hoy, la mayoría de los expertos en genética y virología, que es a quienes debemos escuchar, nos dicen que no ven pruebas de manipulación humana en el covid-19. Los que defienden lo contrario, usan a la prestigiosa científica y disidente china Li-Meng, quien afirma que es un virus creado… pero no aporta ninguna prueba sólida y científica de ello. Dice que las pruebas las destruyeron, pero… alguien tan competente como ella debería recordar en que parte de la secuencia del genoma estaba la manipulación, pero no da ni un solo dato concreto para decir al resto de la comunidad científica: “Buscar aquí y encontraréis las pruebas. Por no decir que tiene que tras ella a Steve Banon, el gran artífice de mentiras, por lo que, junto con la falta de pruebas sólidas de sus afirmaciones, me hace dudar y mucho de su imparcialidad y su teoría. También es cierto que aún no se ha encontrado al huésped en la naturaleza que haya hecho al virus contagioso para los humanos.

Pero, ¿qué hay de cierto en las teorías de la conspiración? ¿Es un virus real lanzado con algún propósito que no llegamos a imaginar? ¿Qué fin tendría semejante acto? De este tipo de teorías hay muchos puntos descartables sino directamente disparatados. Desde luego es completamente absurdo pensar que se lanza este virus para “controlarnos” y ya ni hablamos de meternos un chip en las vacunas… como si no lo estuvieran haciendo ya a través de todos los dispositivos tecnológicos… como si lo estuvieran haciendo desde Babilonia, o el pan y circo romano. También es absurdo pensar que es para vender mascarillas o vacunas como se dijo con la gripe A, primero porque los laboratorios donde se puede desarrollar este tipo de virus están bajo control de los gobiernos, no de las farmacéuticas. Además, hay poderes económicos muy afectados con esta pandemia, las economías se desploman, los disturbios y el descontento se multiplica incluso en USA, ¿a qué gobierno le conviene eso? A ninguno. ¿China? ¿Para qué iba a lanzarlo? El país de la Gran Muralla basa su economía en las exportaciones, se estaba comiendo el mercado y la economía mundial… No, tampoco le favorece esta situación y que las economías mundiales colapsen, ¿a quién van a vender sus mercancías si estamos empobrecidos?

Tal y como yo lo veo sólo hay tres posibilidades para el origen del virus:

1-      Que por un accidente haya escapado del Laboratorio Militar de Wuhan. Sí, no hay pruebas a día de hoy de que sea un virus modificado y la ciencia pública no tiene la capacidad de generar un virus desde 0, pero todos somos conscientes que la ciencia militar siempre está décadas, sino más, por delante de lo “oficial”.

2-      Algo muy grave, muy por encima de nosotros está ocurriendo o va a ocurrir que ha logrado lo imposible: que la mayoría de todos los gobiernos: dictaduras de todo pelaje, comunistas, capitalistas, países musulmanes, budistas, cristianos, gobiernos de derechas, de izquierdas, de centro… y las principales fortunas que controlan el mundo, se hayan puesto de acuerdo para lograr un fin común.

3-      El origen Natural. La humanidad ha sido azotada, lo es y lo será, por enfermedades y pestes. Es condición de vida y a medida que vayamos degradando aún más el entorno natural, más probables y peligrosas serán. ¿Quién sabe qué clase de patógenos estamos despertando al derretirse el permafrost de Siberia o los hielos polares?

Actualmente no creo que un virus de esta naturaleza haya escapado de un centro de investigación de máximo nivel de seguridad, es muy, muy improbable, aunque posible, que algo así suceda. Muchos apuntan a que es curioso que Wuhan sea el lugar donde haya sucedido, justo en la ciudad donde se sitúa el laboratorio donde se estudian los coronavirus de murciélago. ¿Pero es tal la enorme casualidad? Wuhan es la región de los murciélagos, ¿dónde pondríais un centro que investiga los coronavirus de estos mamíferos si no es al lado de dónde viven? Además, hoy sabemos que parte de los primeros contagiados provienen del ya famoso mercado de Wuhan, pero otros 17 no se contagiaron ahí, ¿dónde lo hicieron? ¿Ellos llevaron el virus al mercado? ¿Los del mercado se lo contagiaron en otro lugar? Estas preguntas sin respuesta son fundamentales para esclarecer la verdad.

No es menos cierto que la humanidad se encuentra en una encrucijada. Las nuevas tecnologías, el cambio climático que nos amenaza como especie, un sistema económico basado en el crecimiento continuo en un planeta con recursos limitados que está llegando a sus límites… En el pasado las grandes catástrofes, naturales o no, siempre han cambiado la sociedad humana, la peste negra acabo con el feudalismo y dio el pistoletazo de salida a la edad moderna y el Renacimiento con un cambio de mentalidad y de modelo social enormes. La mal llamada Gripe Española y la I Guerra Mundial dieron paso a los felices 20, al comunismo y a un nuevo orden social y mundial, lo mismo que sucedió con la II Guerra Mundial y la subsiguiente Revolución Tecnológica. No es menos cierto que tal y como afirman los teóricos de la conspiración, hoy en día se está jugando una partida que ni tan siquiera nos podemos imaginar, los movimientos en el tablero son palpables, como hay fuerzas contrapuestas que tratan de dirigirnos hacia un lado u otro, con movimientos radicales de toda naturaleza creando disturbios, con propaganda y contra-propaganda, trolls y boots trabajando incansablemente para mover nuestra forma de pensar hacia sus intereses… Destruir para reconstruir, siempre ha sido así.

La cuestión es si el Covid-19 es una jugada más en esa lucha entre dos modelos: el viejo y el nuevo que está por venir, o un acto natural aprovechado para decantar a la sociedad a una nueva forma de ser como tal y de pensamiento. Yo me decanto por lo segundo, pues dudo que tal y como es el ser humano, se pueda poner de acuerdo a tantos países con mentalidades tan diferentes. Al común de los mortales de nada nos vale conocer la verdad, pues no la podemos parar o cambiar el resultado, sólo nos queda protegernos a nosotros y a los nuestros, en contra de esa nueva ola de negacionismo, irresponsabilidad e insolidaridad que se está alentando desde las redes. En los peores momentos vemos lo mejor de las personas… y lo peor. De nuevo hay ¿personas? ajenas al dolor del prójimo, a los muertos reales que caen por la enfermedad cada día, que se autoimponen una venda en los ojos negando lo evidente para justificar su falta de moralidad y humanidad, apelando a conspiraciones y a la libertad porque son unos cobardes que no quieren admitir que para ellos es más importante mantener las banalidades que hay en sus vidas que la vida de los demás. A ellos les diría que quizás, en vez de ser los ”conscientes de la verdad” sean los tontos útiles de esa gran conspiración que afirman que existe y contra la que claman, pues quizás, dentro de ese plan se necesite que parte de la sociedad muera porque no tendrá cabida en el futuro que viene.

Ya sabéis los que me seguís y habéis leído mis artículos que creo que el futuro será mucho mejor que el hoy tenemos pero que el camino será muy duro y doloroso. Ese gran cambio es inevitable, pues o lo realizamos o la humanidad colapsará, si será para bien o no el tiempo lo dirá. Sólo deciros que se avecinan meses muy duros, que os cuidéis y protejáis, pues el virus es muy real y peligroso. Pensarlo, ¿Vale la pena arriesgar vuestra vida y salud, la de vuestros seres más queridos, por no usar una mascarilla, lavarse las manos o durante unos meses reducir el contacto físico con los demás al mínimo?

 

José Luis Tarazona

Escritor y licenciado en Químicas por la Universidad de Valencia.