La Reconstrucción

CUALIDADES PARA CUIDAR AL SER INTERIOR. Pilar Pérez Parejo

Incertidumbre, miedo, tristeza, desasosiego…son algunas de las emociones que sentimos en estos días de confinamiento y donde el estado de alarma se ha adherido no solo a las instituciones sino a cada poro de la piel de millones de personas.

Se nos ha caído de golpe y porrazo nuestra vida. Nuestras costumbres, nuestros hábitos e incluso nuestras creencias. Aquello que considerábamos verdad, ha dejado de serlo. Ahora pocas cosas son seguras y el estado de protección y bienestar pende de un hilo.

Nos considerábamos capaces de cambiar y transformar por eso participábamos en la lucha contra el cambio climático, en la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres, en la justicia social, en la ayuda a los demás,…

Ahora sabemos poco de qué hacer, de qué aportar. La supervivencia nos mantiene secuestrados-as en nuestras c

asas. Y nos sentimos como barco de papel en medio del océano, vulnerable y asustado. Dejándonos llevar por la corriente del pánico.

Sin embargo existe una parte de nosotros-as que ya está actuando y quizás no eres consciente. Nuestro SER interior.

¿Alguna vez te has preguntado de qué estás hecho por dentro?

Además de células, sangre, tejidos, órganos,…el ser interior está hecho de SENSACIONES, PENSAMIENTOS, 

EMOCIONES, DIÁLOGO INTERNO, IMÁGENES Y RECUERDOS.

Estas partes son las que probablemente hoy están decidiendo cómo te vas a sentir, cómo te vas a comportar con tus hijos-as, qué cosas vas a hacer y qué cosas no, qué actitud vas a tomar frente a noticias que quizás desestabilicen tu economía o tu seguridad.

Toman la mayor parte de las decisiones de nuestro día a día. Son los responsables de nuestras reacciones y en consecuencia de nuestras acciones. Hemos crecido con ellos y ellas, son parte de nosotros-as y sin embargo no somos lo suficientemente conscientes del papel tan importante que desempeñan en nuestras vidas.

Si nos parásemos a pensarlo, si fuésemos capaces de poder discernir qué nos ha llevado a decir o a hacer algo en un momento determinado e incluso de analizar el porqué me siento así, si cogiésemos ese hábito, esta disciplina, podríamos ir identificando y desenmascarando a cada una de estar partes. Podríamos saber quién de ellas es demasiado crítica conmigo, quién está herida, quién me ayuda, quién suele ser la protagonista y la que manda, quién de ellas me hace sentir como siento en determinadas situaciones o frente a algunas personas. En definitiva cuáles de ellas me complican la vida y cuáles me la facilitan, cuáles son funcionales y cuáles merecen ser revisadas y puesta en un lugar más visible para mi conciencia.

Sólo así, con conciencia, aprenderíamos de nuestro ser interior y seríamos capaces de dejar de reaccionar y comenzar a actuar. Sólo así podríamos ponerlas en el sitio que tienen que estar y no en el que han decidido estar.

Cuando reaccionamos no somos nosotros, cuando actuamos sí.

Para actuar tendremos que recurrir a otras partes que están también impresas en nuestro ser biológico y que sin embargo las tenemos olvidadas. Son cualidades que forman parte del ser humano pero que por diversas circunstancias (violencia, agresividad, poder, dinero, competitividad, sufrimiento, sálvese quien pueda…) hemos ido olvidando y desconectándonos de ellas y que hoy más que nunca necesitamos.

Aprender a actuar supone aprender a relacionarte contigo mismo y cuando esto sucede mejoran tus relaciones con los demás. No puedo vivir en paz conmigo si no estoy en paz con el mundo.

Para llegar a este estado de trascendencia voy a necesitar conectar con ellas:

CALMA, CURIOSIDAD, CONECTIVIDAD, COMPASIÓN, CORAJE, CONFIANZA, CREATIVIDAD Y CLARIDAD

No existe ningún libro que te pueda decir qué debes hacer en estos momentos de crisis intensa, no existe nadie que pueda comprender con exactitud cómo te sientes. Sólo tú y tus cualidades internas pueden ayudarte a vivir de la mejor manera posible esto que está ocurriendo y que aún no logramos entender, ni aceptar.

Si no podemos estar fuera aprovechemos este confinamiento para estar dentro, dentro de nosotros. Por eso te animo a que cierres los ojos y respires. Busca un momento del día en el que puedas estar solo-a y en silencio. Te propongo el maravilloso reto del crecimiento personal que pasa ineludiblemente por el reconocimiento de mi ser interior, de mis luces y mis sombras.

Pregúntate…

Pregúntale a tu CALMA, en qué lugar de tu cuerpo habita la tranquilidad. Si es en tu voz, háblate pausadamente. Si es en tu movimiento, balancéate sintiendo cada músculo del cuerpo. Y pregúntate qué puedes hacer para recuperar el sosiego. Qué vas a hacer hoy para vivir el día desde la serenidad. El estado de alerta de tus poros necesita la quietud.

 

Pregúntale a tu CURIOSIDAD, en qué lugar de tu mente habita el interés por encontrar respuestas a lo que te inquieta. Si es tu instinto el que te ofrece contestación tenle en cuenta con la misma fuerza que si es la razón o la emoción porque en cualquiera de los casos ha sido tu discernimiento consciente el que ha encontrado el camino.

 

Pregúntale a tu CONECTIVIDAD, qué mirada necesitas establecer para conectar con las personas con las que convives Los neuropsicólogos nos explican que la oxitocina es ese neurotransmisor que actúa como ingrediente esencial a la hora de establecer esas conexiones tan significativas con nuestros-as hijos-as, amigos-as o parejas. Al llevar a este territorio tan privado, profundo y carismático de nuestra mente a esas figuras significativas, nos sentimos a salvo, cómodos y confiados… pero ante todo, nos sentimos felices. Cómo puedes sentir que sigues conectadoa con quien necesitas.

 

Pregúntale a tu COMPASIÓN, cuánto me amo. Porque cuando no me amo se instala en mi la supervivencia. Y sobrevivir es quítate tú para que me ponga yo es decir, me alejo de los demás. A mayor presencia del miedo, menor presencia del amor. El lugar más seguro del mundo debo ser “YO”. Mi refugio es un estado de conciencia que crece si cultivo la generosidad hacia los demás, esto es lo que me hará sentir en paz.

Pregúntale a tu CORAJE, cuáles son esas cualidades que tienes dentro y que te han ayudado en ocasiones difíciles. La interpretación que hagamos de la complejidad que estamos viviendo será lo que haga que nos construyamos como derrotados-as o fortalecidos-as.

 

Pregúntale a tu CONFIANZA, qué recursos posees que hacen que seas un entorno seguro para ti. Haz aquello que sabes que debes hacer porque aunque te embargue la duda tú sabes que no estás solo-a y que no ha sido ni será la última vez que necesites demostrártelo.

 

Pregúntale a tu CREATIVIDAD, qué va a salir bueno de todo esto para ti. ¿Has empezado a soñar ya sobre quién serás cuando esto pause? Si lo sueñas comienza la transformación. Merece la pena que sueñes en tus súper poderes sin limitaciones y sin fronteras. Viaja hacia tu potencial y déjate llevar por las posibilidades que están dentro de ti para que ésta sea una ocasión única para reinventarte.

 

Pregúntale a tu CLARIDAD, qué necesitas hacer, pensar y sentir en este momento y qué no. Cuando nos damos cuenta de lo que no queremos estamos más cerca de la lucidez. Darse cuenta de lo que está perturbando nuestra paz interior nos libera del sufrimiento.

PREGÚNTATE, RESPÓNDETE Y ACTÚA PORQUE NADIE SABE LO QUE NECESITAS MEJOR QUE TÚ.

Pilar Pérez Parejo

@pililiam  

Educadora y Coach

Presidenta Asociación CAMBIOEDUCATIVOXXI

                                                                                                                       Madrid, 10 de abril de 2020