La Reconstrucción

RECONSTRUIR LA ESCUELA DESPUÉS DE UNA PANDEMIA . Semillas para Reconstruir-nos. Pilar Pérez Parejo

Cuando volvamos a las aulas el próximo curso muchos de nuestros-as alumnos-as y sus familias habrán tenido que navegar el COVID-19 en pateras, otras en barcas de remo y otras en barco a motor. Su capacidad de resistencia y de resiliencia obviamente será muy diferente,  sin embargo para todas y todos nada será igual.

Dice Laura Gutman que el origen de la violencia está en los adultos. Las niñas y los niños llegamos al mundo perfectos, limpitos, dispuestos a dar y a recibir cuidados y amor. Es el mundo de los adultos, es la sociedad competitiva, es el sistema de lo importante el que va sembrando en nosotros las cuatro semillas de la violencia: DOMINACIÓN, FRUSTRACIÓN, DESAMPARO Y AUSENCIA.

Quizás sea este momento, el momento de reconciliarnos, de re-ubicarnos.

Reconstruir la escuela no será sólo darle un color bonito a sus paredes y limpiar con desinfectante suelos y muebles. Reconstruir es arreglar todas las grietas por las que entraba frío, cambiar las tejas que hacían goteras y poner nuevas cerraduras que hagan de este espacio un lugar fuerte y seguro.

Será el momento, el gran momento para que los docentes nos planteemos qué escuela es la que queremos, qué ha pasado a la historia, qué no nos vale y qué estamos obligados a hacer de manera diferente.

En este momento que vivimos tan excepcional, tan inquietante y que ha roto dramáticamente con nuestra vida cotidiana nos encontraremos  con supervivientes que necesitarán que sembremos en ellos-as las semillas del amor: COMPASIÓN, CONFIANZA, PRESENCIA Y COBIJO.

Las cuatro semillas de la violencia dejarán paso a las semillas de la esperanza

 Cuando en la infancia no somos atendidos, entendidos, cuando no  recibimos lo que necesitamos  entramos en modo supervivencia. Y la supervivencia no es más que el quítate tú que aquí estoy yo. Esto es violencia. Y la violencia se va perpetuando porque tal y como decía Paulo Freire “Cuando la educación no es liberadora el sueño del oprimido es convertirse en opresor”. Y así es el niño-a que no ha sido sostenido no sostendrá.

La violencia no siempre se manifiesta activamente, ésta es muy fácil de detectar, el niño-a que agrede, el/la furioso-a, el/a disruptivo-a. Existe otro tipo de violencia que nos pasa inadvertida y que es muy dañina, la violencia pasiva. Cuando buscamos ser depositarios de la violencia de los demás porque nos han hecho sentir no merecedores de amor y de cariño. Atención con estos-as niños-as y adolescentes en las escuelas porque son invisibles.

Son los entornos de la familia y de la escuela los que tienen la capacidad de transformar estas semillas en frutos sanos que hagan de nuestra infancia y de nuestra adolescencia etapas enriquecedoras y positivas.

Del mismo modo las madres, los padres y los docentes merecemos ser felices y sólo si nosotros lo somos ellos y ellas lo serán.

 Semilla del DESAMPARO por semilla de la PRESENCIA

La realidad del día a día se prioriza a las necesidades de los niños-as. Somos alimentados y se nos asea pero en muchos casos la infancia vive en desamparo emocional. Ahora que no existen los  horarios ampliados eternos, ni las actividades extraescolares interminables, ahora que les atienden los padres y no personas ajenas,  ahora puede ser el momento de conciliar esa relación paterno filiar que quizás en algún momento no fue atendida.

No es la cantidad de tiempo es la calidad del que tengo y te dedico. A veces sólo basta una mirada, un gesto de complicidad, un saber que eres importante para mí. Las niñas y los niños son demandantes porque han llegado al mundo para ser acompañados y en su crecimiento la necesidad de presencia nunca cesa. No nos confundamos los adolescentes también la necesitan y mucho.

En septiembre los y las docentes debemos dedicar las primeras semanas sobre todo a estar presentes, a recibir,  escuchar,  a que me cuentes tu historia. Cómo lo viviste, qué pasó con tu familia, qué has aprendido. Deberemos proporcionar herramientas para que canalicen sus emociones y logren poco a poco encontrar el camino para la calma y el desahogo.

Semilla de la FRUSTRACIÓN por semilla de la CONFIANZA

Ante el estrés y la prisa, ante el deseo de satisfacer las necesidades propias entramos en conflicto con nuestros hijos-as creando en muchas ocasiones en la familia y en la escuela ambientes de frustración y desasosiego. Ni tú estás conforme, ni yo tampoco. Con lo que yo hago por ti y así me lo agradeces. Malestar emocional.

La escuela y la familia deben ser entornos seguros. Los padres y los maestros-as son lugares seguros a los que puedo recurrir. Nuestros hijos-as y nuestros-as alumnos-as deben saber que pase lo que pase nos tienen. Y en este sentido deben sentir que nos les juzgamos, que les aceptamos tal y como son maravillosamente “imperfectos”. En estos días mas q nunca confianza. Confianza en ellos, confianza en ti. Y no olvides que te están mirando, que tal y como tú te muestres ellos se mostrarán.

Y el inicio del curso debe caracterizarse por el “no reproche”. Sabemos que la capacidad de aprendizaje en estos cerebros es infinita. No hay tiempo perdido hay tiempo para empezar. Nos encontraremos con situaciones que van a necesitar paciencia y esfuerzo para ponerse al nivel de los que viajaron en lancha a motor.

Semilla de la AUSENCIA por semilla del COBIJO

Estoy pero no estoy. Abrazos, contención, respuesta, paciencia y altruismo. La infancia no está para dar, la infancia está para recibir y somos los adultos los que tenemos el deber de atender con calidad a las demandas que nos hacen.

Abrazos, calma, paciencia. Comprender que las necesidades de las niñas y de los niños son viscerales. Que el apego se construye con la piel y su  autoestima  con nuestras palabras.

Sabemos que los alumnos-as que establecen un buen vínculo emocional con sus profesores son alumnos-as que responden más eficazmente a nivel cognitivo. Y para ello deberemos atender y dar respuestas a las cuatro patas del apego: establecer un entorno seguro libre de amenazas y disciplina gratuita, ser visto como persona merecedora del éxito y contención emocional es decir, aprender a utilizar las emociones de manera positiva y eficaz.

Semilla de la DOMINACIÓN por semilla de la COMPASIÓN

Cuando nos reclaman y nosotros entendemos que nos están “asfixiando”. Cuando pensamos que debemos imponernos porque si no terminarán haciéndose con nosotros-as. Las niñas y los niños no piensan premeditadamente establecer una lucha de poder con nosotros. Somos los adultos los que tenemos la mirada distorsionada y debemos saber que cuando sembramos esa semilla, recogemos ese fruto.

Adulto responsivo permítete abandonar la lucha de poder. Ya hemos sufrido bastante. Construye relaciones igualitarias donde el compromiso y la ayuda tripulen el barco.

El nivel más alto de amor. Abandonar cualquier tipo de agresión física y/o verbal es el mejor legado que les podemos dar. Un niño-a al que se le muestra el nivel más alto de amor será un-a niños-a que se amará profundamente. “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

Es imprescindible que rememos en la misma dirección, que nos entusiasmemos ante la idea de que un mundo más humano y más solidario es posible y que comprendamos que el cambio comienza en nosotros y nosotras.

Ayudar a los demás activa las regiones cerebrales de recompensa. Ejercer el apoyo tiene el mismo efecto que otros tipos muy básicos de experiencias gratificantes.

Numerosos estudios científicos lo demuestran, las relaciones significativas y las conexiones positivas en la familia y en la escuela son la base de la felicidad para toda la vida.

En conclusión:

Qué va a tener que hacer la escuela para estar PRESENTE.

Qué va a tener que hacer la escuela para generar CONFIANZA.

Qué va a tener que hacer la escuela para ofrecer COBIJO.

Qué va a tener que hacer la escuela para sentir y hacer sentir COMPASIÓN

 

PILAR PÉREZ PAREJO

Maestra y coach educativo especialista en educación emocional. Técnico en Mediación Familiar y Escolar